domingo, 2 de diciembre de 2012

¿Capítulo final?

Hoy Presentamos:




I shut my eyes and all the world drops dead.
(I think I made you up inside my head.)
Sylvia Plath


"Que eres un tipo nocivo. Me arruinaste mi cumpleaños, me has tratado mal y has preferido a otras mujeres. Bien lejos contigo ".

Así creía terminada aquella historia.

Por días el nombre de él le daba los buenos días sin razón aparente. No lo pensaba, sin embargo. Se hacía superada. Parecía una letanía de la costumbre que la había acompañado por un par de años.

Una extraña historia nacida tras una noche de copas. Un flechazo, lugares comunes y risas por media hora bastaron para que huyeran desesperados del bar a algún rincón de desfogue. Pasillos de neón y techo raído. La aventura se prolongó poco más de lo previsto.

Elementos que le recordaban a aquel hombre parecían asomarse a saludar a ratos: una canción, un chiste. Desde entonces ese sueño se acentuaba. Comentarios jocosos en alguna noche de caricias se fueron convirtiendo en referencias de afecto entre aquel par de extraños que llegaron a conocerse lo suficiente. Todo el período de silencio tras la nueva ruptura estuvo acompañado por momentos de odio, auto reproches, asco, recuerdos. Aquella ya había sido la quinta o sexta despedida en dos años.


Fue al año que se vio a sí misma hasta el fondo por aquel tipo. "No me quieras, yo soy una mala persona" "Es mejor que no sigamos, esto es enfermo" "No quiero una relación" "Vámonos lejos de aquí" "Dónde estás" "¿Por qué no estamos juntos?" "Ven a mí" "¿Por qué me tienes que responder así?" "No habíamos quedado en que más nunca nos veríamos?" "La noviecita esa tuya tiene cara de pigmeo" "Te agradezco que no me estés echando en cara tu promiscuidad para volver a lo mismo" "Me alegraste la noche" "Yo te quiero, pero no tengo dinero" "Te extraño" "¿Y sigues con el novio aquel?" "Somos sólo compañeros sexuales" "y si nos vamos juntos a la playa esta semana?" "¿Por qué tú me quieres, si nadie me quiere a mí?" "¿Has estado con otros estando conmigo?" "Eres un burócrata arribista. Y te vistes como un viejo" "Responde" "Se siente raro sin ti" "Después de todo neoestalinista no es tan feo" "¿Y si nos escapamos como panas y no hay daño?" "Nunca te quise"


Ya se había convertido en hábito el juego de volver y volver. Cada vez con más fuerza. A mayor dramatismo, más confidencias. En última instancia ya ni importaba ser lo que fueran. El asunto era estar.


Sintiendo la cercanía de su vejez volteó a repasar historias. Cayó en cuenta, horrorizada: estaba atrapada en una mentira. Nada en ellos había sido real. Una convalecencia afectiva sin sentido. Tuvo náuseas. Saltar por el abismo de verse sonaba como única respuesta. Quedarse a presenciar la vorágine habría supuesto la aniquilación de su dignidad. Optó por la inmolación de aquella existencia errática. Morir en sí, abrazar el vacío y empezar de nuevo. Hasta que entendió la escena final de Telma y Louise.

Una noche de copas entre amigos advirtió una presencia detrás de ella. Tenía otro corte de cabello y unos kilos encima. Gélidos, se vieron a los ojos. Él la miró en silencio y asintió. Respondió el reconocimiento de vuelta, y entre nervios volteó a seguir hablando de quién sabe qué con su grupo. Se sintió en paz. Tal vez en otra ocasión habrían sido nuevamente fugitivos de sí mismos.

No hubo créditos en la pantalla. Tanto Hollywood complica las cosas. Tomó su camino en dirección contraria y se adentró en la noche mientras la lloraban. Se habían encariñado tanto con ella. Dos años en coma. La burundanga, vale. La consiguieron en un hotel. Sus signos vitales sólo se reactivaban con la llegada de aquel tipo. Dicen que se aprovechaba de ella, pero ya sabes cómo son los chismosos. Convulsionaba de tanto en tanto y se salvó ya en varias ocasiones. Parece que ahora sí. Por cierto, hay que mandar a arreglar los techos, qué mal se ven esos pasillos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario