By Corito
No me apunte con esa palabra tan fea....
hay palabras que funcionan como dardos, tallos con espinas, latigazos.
Hay palabras, que matan, que anulan sutilmente.
A veces uno no se da cuenta. A veces uno no se lo cree. A veces uno cae por no pecar de grosero, hasta que siente al caminar una herida que rasga la espalda.
Puede ser a la mujer, o al hombre, al niño, al anciano, al empleado, al negro, al indio, al extranjero, al que no se sabe vestir, al gordo, al feo, al chavista, al gringo, al escuálido, al renegado, al diferente, al homosexual, a tu familia, a tus padres, a tus hijos, al que piensa y argumenta, al que simplemente no sabe suficiente, al analfabeta, al campesino, al malandro, al del barrio.
La violencia en las calles es un azote que se nos está impregnando por los poros
y la peor arma de destrucción masiva
es la lengua.
Cuidado. A veces un chistecito amigable o un halago disfrazado puede contener veneno.
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