CINCO CARAQUEÑAS, CINCO CONTINENTES. LA MIGRACIÓN CON SABOR Y COLOR DE LA SULTANA DEL WARAIRA REPANO. CARACAS ES UNA GUERRERA BELLA, NOBLE Y BONDADOSA. CARACAS ES CARACAS. LO DEMÁS, ES MUNDO Y CULEBRA.
Correción de estilo: Gustavo Mérida
Diseño gráfico: Tatun Goiz
Una publicación de Revista Épale CCS, edición 287 (especial aniversario CCS)
Charlie Cecilia García Lárez. Su última foto de Facebook, en Montréal |
A la memoria de Charlie García. Escritora, músico profesional, perteneciente a la Coral Juventudes Culturales Ucv II de la Universidad Central de Venezuela. Licenciada de Idiomas Modernos UCV, Con estudios en Coordinación de Eventos en elcégep André-Laurendeau. Escribía sobre salud integral para los diarios 2001 y Últimas Noticias. Autora del libro, “Estar en forma: cuerpo, mente y espíritu en armonía”. Talentosa y de buen corazón. Residente en Montréal desde marzo de 2014.
Fue asesinada en su apartamento por un delincuente sexual en mayo de 2015.
Fue asesinada en su apartamento por un delincuente sexual en mayo de 2015.
Para el aniversario 451 de nuestra amada ciudad, se seleccionaron cinco testimonios de migrantes en otras latitudes lejanas a nuestro N 8°0'0".
Teniendo en cuenta el aumento pasmoso de feminicidios contra venezolanas en el extranjero en los últimos años, este trabajo decidió tornarse en un tributo a las mujeres que tomaron la decisión de partir de su tierra natal enfrentando no solo los riesgos tradicionales de empezar de cero en otra cultura, sino además el peligro de perder la vida por su condición de género, y por su nacionalidad.
Esta nota se muestra en mi red social personal sin la edición rigurosa que el espacio exige para una publicación en físico. La versión resumida se apreciará este viernes en físico y digital en la Revista Épale CCS. La revista en físico se repartirá en la Feria del Libro de Caracas, en Bellas Artes.
Dedicamos esta entrevista a ellas. Pero también a quienes nos quedamos, a nuestrxs compatriotas caraqueñxs en el mundo, y a todxs nosotrxs, hijxs de la cuna del Libertador.
Solo puedo decir que Caracas es una guerrera sencilla, echá palante, divertida, hermosa y amorosa, y que al final y en fin Caracas es Caracas.
Lo demás es mundo y culebra.
Las preguntas que se formularon fueron las siguientes:
Antes de preguntarte, me gustaría que me hicieras una mini biografía tuya, explicando a qué te dedicas por allá. Si estás sola, tienes pareja, hijos, tu ocupación por allá, si has estudiado por allá. (máximo cinco líneas).
1. ¿Qué te has llevado de Caracas para tu nuevo lugar de residencia?
2. ¿Qué extrañas de Caracas en donde te encuentras?
3. ¿Qué ha sido lo mejor y lo peor que has vivido en esta nueva vida?
4. ¿Cuál es tu situación legal /estatus migratorio?
5. ¿Piensas volver?
6. ¿Cómo te ha tratado el consulado venezolano?
7. ¿Qué le regalarías a Caracas en su cumpleaños?
8. ¿Qué les recomiendas a los caraqueños que emigran, y a los que se quedan?
9. ¿Cuáles han sido las últimas noticias que has recibido /leído /visto de Venezuela?
10: Por último: ¿Caracas o Magallanes?
La artista Milagros Moncada nos muestra una postal en tributo a Caracas, desde su residencia en Valparaíso, Chile |
Mil A Gritos Milagros Moncada (37 años. Valparaíso, Chile)
Artista Nómade desde hace 5 años. Felizmente enamorada en una relación poli amorosa Jerárquica. Sin hijos y sin planes futuros de tenerlos. Ocupación: Descubriendo todas las cosas que puedo aprender hacer. Actualmente haciendo trabajos part-time en un hostal, en un bar, haciendo ilustraciones con acuarela. También estudié narración oral durante un año en Valparaíso en una escuela de Cuentacuentos.
1. Me llevé parte de su gastronomía, el amor por las movidas culturales. Me traje el valor que me dio haber vivido en unas de las capitales consideradas de las más peligrosas del mundo
2. Me fui de Caracas hace cinco años, y extraño a la Caracas de aquel tiempo. La de ahora no la conozco, pero debe seguir con esa sensación de amor-odio. Extraño salir a tomar cervezas en algún restaurante chino, las areperas 24hrs, comerme un cachito con jugo de naranja en alguna panadería. Extraño ver el Ávila desde todos sus ángulos; la movida cultural, los festivales de teatro, las ferias del libro, Bellas Artes, el Café Rajatabla, la movida nocturna, ver a la familia y amigos, creo que si tengo un despecho eterno por Caracas.
3. Sonara muy trillado esto, pero considero que desde que Salí de Venezuela y rompí mi zona de confort, ha sido un hermoso proceso de crecer y ver todo lo bueno de todo lo que me ha pasado. Incluso, aunque pueda sonar que tal situación fue la peor, siempre le vi el lado positivo a TODO. Así, se han transformado todas las experiencias que me han tocado vivir: desde dormir en una terminal, hasta comer en un restaurante lujoso. Todas las cosas que he vivido han sido las mejores que me pudieron pasar.
4. En mayo me registré en el proceso de regularización que entró en vigencia en abril de 2018. Allí lxs venezolanxs que entramos a Chile antes del 08 de abril debíamos registrarnos, para luego optar por la visa de residencia por un año.
5. De visita ,espero, muchas veces.
6. Hasta este momento, aun no me ha tocado hacer algún trámite allí.
7. Me gustaría regalarle a Caracas, personas con sentido de pertenencia por ella. Que se rodee de gente que la ame, para que vuelva renovada esa ciudad que muchos extrañamos. Si Caracas fuera una mujer, me encantaría regalarle unas vacaciones, en el Caribe con todo pago.
8. A quienes que emigran, que lo hagan responsablemente antes de irse, con sus papeles al día Que recuerden que la paciencia, la humildad, la empatía, ser agradecidos y el buen humor, nos caracterizan y abren muchas puertas.
A quienes se quedan: no importa si lo eligen o no, lo importantes es recordar que siempre estamos en el lugar donde debemos estar. Aunque hayan días grises recuerden que todo tiene un tiempo, solo hay que seguir trabajando en nosotros mismos.
9. La verdad no veo tele, y lo que sé es por lo que me cuentan directamente mi familia, y amigos que quedan allá. Lamentablemente, la mayoría de las veces son malas noticias: de escasez, problemas de transporte público, para adquirir medicinas, y un sin fin de cosas tristes.
10. Nunca he sido aficionada a ver algún tipo de deporte, y todas las veces desde que tengo uso de razón me hacían esa pregunta. Pero solo por llevar la contraria decía que era del Caracas, aunque no me afectaba si ganaban o perdían, jaja.
Luisana y Adrianita nos muestran su pasión caraquista |
Resguardadas de la lluvia en su apartamento en London, Ontario |
Luisana Rosales (30 años. London, Ontario. Canadá)
¡Hola! Saludos desde London, Ontario, en Canadá. Ya tengo 9 años viviendo acá. Ahorita estoy trabajando en un consultorio dental desde hace nueve meses desde que me gradué. En este momento no tengo pareja, pero sí tengo una niña a la que amo más que a la vida mía. Tengo otro diploma técnico universitario en viajes y turismo, pero lamentablemente no hice nada con ese título.
1. Lamentablemente lo único que me pude traer de Caracas fueron muchos recuerdos. Mi salida del país fue algo abrupta y necesaria, y no me pude sentar a elegir qué era lo que me quería traer.
2. ¡Todo! Creo que lo que más me viene a la mente es caminar por Chacaíto y comprarme unos golfeados con queso duro una malta bien fría, ajajaja. O también caminar por Sabana Grande, y cruzar hacia El Recreo y ver a los vendedores de películas piratas. En realidad lo extraño todo: el clima, la gente, ver el Ávila todas las mañanas, el abasto de la esquina; decirle a alguien, “¿Qué más, cómo estás?”, en vez de un simple “How are you?” aquí en Canadá.
3. Empezaré por lo peor: lo peor es estar en un país donde si algo malo te pasa no puedes correr adonde tu familia a llorar porque lamentablemente no están acá. Entonces te tienes que conformar con hablar solamente con los amigos acá que pueden ser muchos o pocos dependiendo de tu personalidad. En mi caso, son pocos porque soy reservada. Lo mejor, es que tengo a mi hija conmigo, y ella es la única bendición que necesito acá. Ella es mi pedacito de Caracas.
4. Soy residente permanente desde hace nueve años. Inicié el proceso para adquidir la ciudadanía canadiense hace unos meses. Aguardo porque me notifiquen la fecha para la prueba escrita.
5. Me encantaría volver. Me encantaría mostrarle la ciudad a mi hija: el Parque del Este, el Museo de Los Niños, caminar por Sabana Grande en carnavales, por Chacaíto y ver las tiendas, pero lamentablemente no quiero exponer a mi hija a un peligro innecesario. Espero que las cosas mejoren pronto para poder mostrarle a mi hija las cosas chéveres con las que yo crecí.
6. Si te soy sincera, no muy bien, ajajjaja. Lidié con ellos un par de veces y para empezar los horarios de oficina en Toronto son ridículos: de 09:00 AM a 12:30 PM!?! ¡Si uno se echa dos horas viajando a Toronto nada más! Una vez intenté pedir información acerca de las remesas, y lo único que me dijeron fue, “Métete en la página y averigua por ahí primero”. Desde entonces, nunca más hablé con ellos.
7. Un árbol de arce. Típico de Canadá.
8. Emigrar no es fácil, sobre todo si el núcleo familiar es de menos de 3 personas. Pero adonde quiera que vayas, recuerda siempre de dónde vienes: pon Venezuela siempre en alto. Sin importar los problemas económicos o sociales que estén enfrentando, porque eso no te define como venezolano.
9. Las veces que he hablado con mi mamá, me dice que tiene muy poco para comer. Que no le ha podido comprar la comida a la gata, porque está carísima. Entonces no le queda otra que darle arroz y sardina. No se puede dar los gustos de antes, porque todo está muy caro o no se consigue, y eso me parte el alma.
10. ¡Siempre del Caracas! ¡Leoooleoooleooleoooo! Siempre leonera aquí en Canadá y en la Conchinchina.
Sandra Méndez es una valiente activista por los DDHH LGTBIQ+ y migrantes en Dresde, Alemania. Foto cortesía de Víctor Labra Holzapfel productor del programa "Migración y psicología" |
Sandra Méndez (36 años. Dresde, Alemania)
Pedagoga, activista, feminista (véase interseccionalidad), mamá, amante de la vida, las bicicletas y la comida no- europea. Fundadora de la ONG Cambio e.v y del proyecto mediático “People in Dresden” (Gente en Dresde). Heroína de lupus.
1. Me traje la flexibilidad y los recuerdos de gente sonriente. Eso fue de mucha utilidad después. El olor de las mañanas y los desayunos con plátano frito y queso duro. La forma de saludarnos y de cómo somos táctiles y abrazamos y sobamos a todo el mundo. Me traje las guacamayas regresando a las 5pm al parque del este dándome ánimos mientras regreso a casa.
2. Extraño que sea una ciudad grande pero al mismo tiempo la gente camine despacito como si estuvieran en un pueblo. Extraño salir a trabajar e irme en el bus y hablar con cualquiera Ya a las 5 am. Extraño poder subir al Naiguatá con la comunidad de Couchsufing (CS). Extraño ir a casa de mis amigos y sus familias y que me traten como una hija más.
3. Voy a comenzar con lo peor para que al final quede un buen sabor de boca en vez de tanta tensión. Primero comencé a tener las dificultades de esperarse. La comida no es buena, Caracas siempre fue una capital gastronómica, y mis expectativas respecto a la comida son altas. Los vecinos de casualidad saludan en el pasillo. Hay que aprender alemán para poder comenzar cualquier cosa aquí. En esta zona de Alemania, la gente no habla mucho inglés ni otros idiomas. Esto es bastante aislante: emigrar sin tener conexiones en el sitio. Profesionalmente, a pesar de que me reconocieran mi título universitario, sin referencias de trabajo alemanas, no me tomaban en serio, sin contar mi bajo nivel de alemán.
Luego, los verdaderos problemas comenzaron porque ya la discriminación no era sutil sino bien directa. Cuando acogieron a 1,5 millones de refugiados, en Alemania, los ánimos se empezaron a caldear. La gente ya no solamente te miraba con asco en las calles sino que te gritaban, “Ausländer raus!” (“¡Extranjeros fuera!”).
Sufrí de varios ataques racistas en Dresden, porque decidí fundar una ONG (Cambio e.V.) y un proyecto llamado People in Dresden después de no obtener buenas propuestas de empleo. Pero mis proyectos me exponían a estar constantemente en la calle.
Finalmente un tipo dentro de un tranvía comenzó a golpear todas las ventanas y perseguirme mientras me gritaba que soy una extranjera asquerosa y que debería regresar por donde vine. Ya estoy harta de estas cosas y no me quedo callada. Le grité de vuelta y el tipo me hizo el saludo de Hitler (heil hitler está prohibido hacerlo y se paga con cárcel). Cuando estuvo listo para golpearme, se abrió la puerta del tranvía y pude pedir ayuda.
Allí comencé a decaer.
Tenía síntomas aislados del lupus desde que nació mi hijo pero esto me mandó directo al hospital, aparte de que mi salud mental se vio afectada con ataques de pánico recurrentes que se volvieron agorafobia.
Finalmente me diagnosticaron el lupus y comenzaron los cambios duros de aceptar (vanidad de caraqueña): mi cabello comenzó a caerse, tuve un derrame cerebral (ACV), mis articulaciones ya no funcionan igual y por ser 'Südländer' (suramericana) los médicos pensaban que era un show cuando me quejaba.
Aquí también hay creencias falsas y estereotipos de que la gente del Sur son dramáticos.
Así, mi lupus fue empeorando sin tener buen tratamiento. Esa enfermedad no solo desestabiliza tu cuerpo sino también tu entorno. Mi hija mayor comenzó a sufrir de depresión al verme siempre enferma y a mi ex esposo, ese continuo estrés le provocó también enfermedades. Tuvimos que separarnos. Él no podía verme mal todos los días y yo no podía seguir fingiendo que no estaba mal para que el pudiera continuar su camino. Algo que en inglés se llama el 'clusterfuck'.
Aparte, comenzamos a tener problemas migratorios (de esto hablo luego). La única manera para mí de sobrevivir todo esto fue organizando aún más proyectos para apaciguar mi decepción.
Escuchar a la gente, entrevistarlos con People in Dresden. Allí, empecé a comprender cómo se mueve esta ciudad, conocer gente que hace cosas similares, comencé a establecer conexiones profesionales. Mi trabajo comenzó a ser conocido y a tener aceptación y ahora mi hija dice que es fastidioso salir conmigo porque en cada esquina me encuentro a alguien y la gente además me quiere y desean poder charlar conmigo.
Ha sido maravillosa la aceptación de esta comunidad. Es algo que nunca había sentido en Venezuela. Soy pedagoga, y aquí mis proyectos se sustentan en la teoría feminista interseccional. Yo misma tengo varias intersecciones como migrante, atea, neurodiversa, discapacitada, mujer generofluída, entre otras. Aquí he sido muy discriminada pero también acogida. Mi entorno es muy nutritivo y la gente me ama tal y como soy, no tengo que pretender nada para que me acepten.
Tener esa libertad de pensamiento y de acción ha sido clave para encontrarme a mí misma.
Estoy en un momento de mi vida en el que siento mucha estabilidad. Alemania tiene un sistema de salud maravilloso. Obtengo los mejores tratamientos para mi lupus después de haber encontrado los buenos médicos. Estoy tranquila porque el sistema me ayuda con mi discapacidad. No nos falta techo, educación, comida ni diversión. Puedo ir en bicicleta para todos lados e incluso caminar por las calles en mitad de la noche.
La ganancia en calidad de vida en ese sentido fue enorme. Otra cosa muy positiva es haber podido estar en contacto con gente de todas partes y altamente calificados.
Mi nivel profesional se vio propulsado con todo lo que he aprendido de otras personas aquí.
Mis hijos y yo finalmente aceptamos la enfermedad como parte nuestra y planificamos nuestras cosas de manera que no tenga más brotes.
Gracias al lupus también me he convertido en una persona más asertiva y puedo comprender ahora muchísimas cosas.
Cuando mi salud esté más estable, me quiero ir a Berlín. Es más multicultural y está cerca de Dresde. Creo que si vivo allá y continúo con mis proyectos aquí, la felicidad va a ser completa.
4. Tengo una residencia temporal. Aquí puedes cumplir todos los requisitos pero si no ganas suficiente dinero no te dan la permanente. Ahora que me calcularon el nivel de discapacidad y supero el 50% tengo más chances en mi próxima entrevista.
5. Pues la gente que trabaja allí es muy simpática pero lamentablemente nos han dejado bastante abandonados. Esa es la sensación que queda, que no tenemos apoyo de nuestra gente. Mi hija especialmente es la que en más riesgo está. Primero, cuando se iba a vencer el pasaporte me dijeron que a ningún niño venezolano sin cédula les están dando pasaporte. Mi hija no tenía cédula y la única solución fue mandarla sola a hacerse la cédula con los abuelos porque yo estaba en el hospital. No quisieron hacer esta excepción. Finalmente tramitamos el pasaporte de mi hija pero desde febrero de 2017 estamos esperándolo. Mi hija entró aquí en un limbo migratorio porque las autoridades alemanas no entregan identificación útil si el pasaporte no está vigente..
7. Me gustaría hacer algún proyecto en el que por un tiempito pueda vivir allá pero el resto aquí. prefiero pensar en el aquí y ahora porque me carcome la nostalgia.
8. Un proyecto social. Algo que le sirviera a pacientes de Lupus como yo a acceder a mejores tratamientos.
9. Trato de estar al tanto en general menos de la política. Condeno la gestión de Maduro. Consulto las fuentes regulares como DW pero también online leo aporrea, rebelion.org para dar contrapeso. El tema de Venezuela a nivel mediático es controversial y me molesta mucho.se dicen verdades a medias. tanto en la matrix de opinión internacional como en las suscritas al gobierno. Telesur es otra fuente importante por acá en Europa.
10. ajajaja Ninguno. Hubo una temporada de mi vida que veía el béisbol porque me gustaba Bob Abreu. Así que ya sabes a cuál apoyaba...
Carolina Páez, posa con su hijo Kai en Udaipur |
Carolina Paez (41 años. Delhi y Goa, India)
Soy Carolina Páez. Venezolana/española. Llevo 17 años fuera de Venezuela, 11 años trabajando con India, de los cuales ocho años he estado viviendo entre España e India. Estudié mi carrera en Comercio Internacional en Caracas, y tengo una maestría en el IED de Madrid en Dirección y Gestión de Empresas de Moda. Fundé mi marca de ropa llamada SaltyLulla By Carolina Páez. Allí empezó mi aventura en Producción de moda en India. Vivo entre Delhi y Goa, y vine por amor. Vivo con mis dos hijos Kai y Miles, y actualmente separada. Hago producciones de moda para marcas pequeñas y branding de lujo. Simultáneamente trato de impulsar además de la mía, marcas venezolanas en la India.
1. Una fotografía de una bodeguita en Choroní, pero todo está en mi Corazón y en mi guáramo.
2- La gente, el amor, el sentido del humor, podernos comprender, la comida, el clima perfecto, tantas cosas. ¡Bailar salsa!
3- Mi nueva vida, consta de muchas etapas, todas tienes sus historia y todas son igual de importantes, lo mejor son mis hijos y lo peor lidiar con las diferencias culturales y extrañar a mi familia y amigos.
4- Vivo en India con una visa de negocios.
5- Siempre.
6- El consulado venezolano, me ha tratado siempre de maravilla, han sido ejemplares en su apoyo y en su afán de ayudarme.
7- Le regalaría mucha fe, amor y compasión para poder ver las cosas con claridad y así tener la fuerza para luchar para adelante y salir de ese loop.8- Que lleguen a donde lleguen con el Corazón abierto y la mente abierta a entender a donde han llegado, a ser agradecidos y a no imponerse.
9- Que no hay agua, mi mamá y papá solo tiene 30 minutos 3 veces al día de agua. Lamentable.
10- ¡Caracas!
Chachy rememora las imágenes de Caracas desde el Harbour Bridge de Sidney |
Chachy Peñalver Peñalver (38 años. Sidney, Australia)
Licenciada en Letras (UCAB). Chachy ha dedicado la mayor parte de su vida al baile, transitando por disciplinas que van desde la Danza contemporánea, folklore Latinoamericano, hasta encontrar el Flamenco. Sus estudios se desarrollaron en Venezuela y España a lo largo de 18 años. Participó ademas como cuerpo de baile y solista, en compañías internacionales como son Venezuela Viva y Siudy Garrido, llevándola esto a actuar en México, Colombia, EE UU, Alemania, Holanda, Suiza, Luxemburgo y España. Hoy día reside en Sidney, donde fundó “The Sydney Flamenco Studio” y colabora con diferentes agrupaciones musicales locales regularmente.
1. Para Sidney empacamos un libro bellísimo que se llama “Caracas gráfica”, un recuento bellísimo de los íconos gráficos dentro de la ciudad y de los 30 años del imaginario que viví yo en Venezuela, que llevo en el corazón. Es una manera bonita de conectarme con mi pasado. Aparte, de que es chiquitico y cabe en todos lados (risas). Además, de siete millones de amaneceres, caras bellísimas de gente amigable, familia. Montones de recuerdos me traje de Caracas.
2. Creo que lo que más extraño es el Ávila. Me vuelve loca no tener una montaña alrededor (risas).A pesar de que tengo mar, y eso me hace la vida feliz, creo que lo que más extraño es el Ávila: poder levantarme y ver esa belleza delante de mí. Pura naturaleza verde, bonita, imponente. Recordándole a uno el lugar donde está. ¡Y el olor a verde, vale! A pesar de que uno está en una ciudad verde, el olor a montaña en algunos lugares es casi poético. Es una cosa hermosa, que me recuerda infancia también a pesar de que yo no crecí en Caracas.
Recuerdo mis momentos de visitar a Caracas a ver a la familia, asu fuera una vez al año, eso era lo que me evocaba siempre de esa ciudad: el olor a verde, a bonito, como de montaña.
3. Lo mejor, creo que ha sido darme cuenta de que me puedo reinventar a mí misma. Yo me puedo recrear otra vez. Eso, a pesar de ser una cosa fortísima, como empezar con una página en blanco.
Sobre todo empezar después de tener treintipico de año. Digamos, buena parte de tu vida ha transcurrido: te armas de una red de amigos, de colegas, de profesión, que de alguna manera te hacen el camino fácil. Una vez que tu quitas todo eso, no importa la mucha experiencia que tengas, es dificilísimo: hacerle entender a la gente, que tú existes. Que tú estás allí. Que tú tienes unas capacidades en particular, cuando nadie tiene idea de nada.
Reinventarte otra vez, volver a darte a conocer, hacer esa red de nuevo, darle al mundo a entender que tú existes, que estás ahí, que puedes aportar algo es posiblemente una de las cosas más bonitas que he vivido como ser humano. Porque al principio es duro: parece hata titánico y que como que no lo vas a lograr. Una vez que empiezas, que empiezas a ver resultados, ya es una cosa a muy largo plazo, pero si eres perseverante lo suficiente, puede que lo logres.
Hay una sensación, como de una sensación gratísima. Una vez tú trasciendes el momento que estás viviendo, y es más de ser humano. Decir, “Wow, sí puedo”. Lo que hay que buscar es la manera, tener la voluntad. “ Sí puedo, yo puedo sobrevivir y hacer esto con mis propias manos... no importa donde esté. Es bonito: una sensación de logro bonita. Eso, es posiblemente de las cosas más lindas que he vivido. Hacerlo todo de nuevo, y darme cuenta de que sí puedes. Que sí puedo.
Bueno, todavía enfrentando dificultades, y el proceso es larguísimo. Pero esos primeros pasos a descubrir, posiblemente es de lo más lindo.
Lo más difícil que me ha tocado,posiblemente ha sido vivir lejos de mi familia. De mi familia y de mis amigos. Posiblemente esa ha sido una de las cosas más duras que he tenido que vivir. No puedo pensar en algo que me haya afectado más.
Esa separación física de la familia y de los amigos es algo fuerte: para mí ha sido algo, oye... fuerte. Para mí ha cambiado mi vida.
4. Actualmente soy residente permanente en Australia. Apliqué la visa desde que estaba en Venezuela. Fueron dos años de aplicación desde allá, y ya cuando me vine era residente permanente. Ya tenía la residencia otorgada.
5. La verdad, no creo posible volver. Cronológicamente, ya me vine a una cierta edad a Australia. Empezar aquí desde cero ya me ha tomado seis años.
6. Me fue malísimo. El consulado ha sido caótico. Es manejado un poco con una noción de quincalla, o de bodega. Una vez que llegamos allá, el trato fue bastante desagradable. Apenas a dos meses de llegar para registrarnos por temas de censo y votaciones, y el trato fue bastante áspero.
7. Años de tranquilidad, de calma, de armonía, para que la gente tenga el ambiente necesario para desarrollarse, para crecer.
8. Si tuviese que recomendar algo, diría que aborden las nuevas realidades sin comparaciones.
Para quienes se quedan: ¡Pana, sigan soñando! Hay que buscar los sueños. Y caminar pa'llá. No hay más nada.
9. Se rompió el récord de inflación. Lo positivo, Nadia Hernández, artista plástica. Su trabajo fue seleccionado para ser proyectado acá en el Harbour Bridge y el Opera House, en algunos edificios y pancartas para el año nuevo acá.
10. ¡Magallanes! Yo soy de Oriente (risas).
Now listening: “Los que se quedan y los que se van” Desorden Público (Venezuela)